Me representa

 Me representa Carlos Alcaraz cuando pierde la final contra Djokovic y se desmorona como el niño que aún es con Álex Corretja a pie de arcilla, a lágrima viva. Me representa Carolina Marín cuando con dos pies y medio en la Final de Bádminton, con la medalla de plata asegurada, se rompe en el último suspiro y nos rompe a todos. Me representa mi anónimo paisano de Llerena, Álvaro Martín, cuando gana el bronce y reivindica, tras cruzar la meta, cuando le asaltan los micrófonos de los medios, el trabajo, la disciplina, el esfuerzo, la constancia, para después colgarse un oro. Me representa la selección de baloncesto, que tantas alegrías nos ha dado en el pasado, cuando lo da todo y se queda a las puertas de los playoffs. Porque no es exigible el resultado sino el esfuerzo. Me representan los que pierden cuando lo han dado todo, porque en el deporte, como en la vida, no siempre gana el mejor, el que más se lo merece, el que más se sacrifica. Porque hay que saber perder y darle la mano al adversario, que no enemigo. Porque las cosas más importantes de la vida no son cosas ni medallas. Pero una cosa está clara; sin las ganas de volar y de luchar, nadie llega a la cima. Y la cima, sin embargo, no es solo ser un número uno en un deporte.

BS