Trescomendaciones (II)
TRESCOMENDACIONES (II)
La
novela El halcón maltés de Danield
Shamiels constituye una de las piezas de ensamblaje fundamentales para el
género policiaco, para la novela negra. Con todos los engranajes necesarios para atrapar al lector; una obra trepidante, ágil, con mucho ritmo y acción.
Sinopsis:
El detective Sam Spade, archiconocido por realizar su trabajo sin miramientos y sin lindezas, es requisado para encontrar un ansiado, preciado y valiosísimo halcón maltés, una figurilla incrustada de piedras preciosas. Galardón con que los Caballeros de la Orden de Malta obsequiaron al emperador Carlos V en 1530. Spade, mientras ata cabos, fuma cigarrillos y rebusca en los indicios que diluciden el paradero de la estatuilla, se cruza con unos sospechosos y cercanos asesinatos que le podrán sobre aviso. Se verá obligado a pisar sobre polvorosa, porque no es el único que va en busca de la joya desaparecida… y Spade no es la excepción; los demás también saben jugar sucio.
El detective Sam Spade, archiconocido por realizar su trabajo sin miramientos y sin lindezas, es requisado para encontrar un ansiado, preciado y valiosísimo halcón maltés, una figurilla incrustada de piedras preciosas. Galardón con que los Caballeros de la Orden de Malta obsequiaron al emperador Carlos V en 1530. Spade, mientras ata cabos, fuma cigarrillos y rebusca en los indicios que diluciden el paradero de la estatuilla, se cruza con unos sospechosos y cercanos asesinatos que le podrán sobre aviso. Se verá obligado a pisar sobre polvorosa, porque no es el único que va en busca de la joya desaparecida… y Spade no es la excepción; los demás también saben jugar sucio.
El halcón maltés se remueve en un
lenguaje llano, en un tira y afloja que no se resiente, siempre al servicio de la trama. Cae quizás en tópicos
desgastados del género negro, sobre todo en los roles de los personajes femeninos.
Nos evidencia que estamos bajo los dogmas de principio del siglo XX. Se echa en
falta algunos requiebros, pero la genialidad de la trama, la categoría del hilo argumental y el pulso siempre latente de la trepidante acción, llena los posibles vacíos
estéticos. Un libro desbordante que no te puedes perder.
(4,5/5)
Hace
unas semanas me decanté por un libro de John Connolly, improvisadamente. No
conocía a este autor irlandés. Y di en el clavo, me sorprendió
extraordinariamente. La suerte y sus vericuetos. Me hice con El invierno del lobo, también una novela
del género detectivesco, de la saga que el propio el autor ha
constituido en torno a la figura del detective y caza recompensas Charlie
Parker.
Sinopsis:
El extraño suicidio de un vagabundo pone en jaque al detective Charlie Parker, amigo del fallecido. Tras recabar información y ver las lagunas sobre lo acaecido, descubre que el sin techo quiso contratarlo para que diera con el paradero de su hija, recientemente desaparecida, en un pueblo pequeño y enigmático. Se topa así con Prosperous, en Maine, un lugar de extrañas costumbres y actitudes, con una iglesia que fue trasportada piedra a piedra desde Inglaterra a principios del XVIII y que esconde oscuros secretos, tejemanejes. Un pueblo aparte, con una idiosincrasia propia, en donde las cosas y la tranquilidad aparente no son como parecen.
El extraño suicidio de un vagabundo pone en jaque al detective Charlie Parker, amigo del fallecido. Tras recabar información y ver las lagunas sobre lo acaecido, descubre que el sin techo quiso contratarlo para que diera con el paradero de su hija, recientemente desaparecida, en un pueblo pequeño y enigmático. Se topa así con Prosperous, en Maine, un lugar de extrañas costumbres y actitudes, con una iglesia que fue trasportada piedra a piedra desde Inglaterra a principios del XVIII y que esconde oscuros secretos, tejemanejes. Un pueblo aparte, con una idiosincrasia propia, en donde las cosas y la tranquilidad aparente no son como parecen.
Es una
novela con mucha personalidad, genialmente estructurada y ejecutada. La trama, los
ambientes, los sucesos, los personajes, encajan perfectamente en la historia. Verosímil
y astuto, con dosis historiográficas. Una obra que atrapa. Además, Connolly no narra simplemente, sino que
espolvorea los sucesos con una narrativa embaucadora, con ironía, humor ―que a
veces se tizna negro―, inteligencia, junto a enclaves rígidos y despiadados. Una narrativa
astuta.
(5/5)
Alex
Garland es el director y guionista de esta secuencia de ciencia-ficción.
Sinopsis:
Un afortunado joven de 26 años, Coleb (Domhnall Gleeson), programador de la empresa Bluebook, logra ser seleccionado, tras pasar una exigente criba, y, como premio, participará durante una semana con los prototipos robóticos. Además, estará codo con codo con una de las mentes más brillantes que existen, con el líder y presidente de su empresa, con Nathan (Oscar Isaac). Nathan es un indiscutible genio que posee comportamientos controvertidos y excéntricos y que vive aislado en mitad de la nada, en un lugar remoto. Coleb asistirá a los pormenores de las creaciones del director de orquesta de Bluebook, interactuará con el chocante e indescifrable Nathan sobre sus trabajos y proyectos y será testigo de su creación más lograda: Ava (Alicia Vikander). La joya de la corona. Un fascinante prototipo robótico de última generación que deja al joven programador boquiabierto.
Sinopsis:
Un afortunado joven de 26 años, Coleb (Domhnall Gleeson), programador de la empresa Bluebook, logra ser seleccionado, tras pasar una exigente criba, y, como premio, participará durante una semana con los prototipos robóticos. Además, estará codo con codo con una de las mentes más brillantes que existen, con el líder y presidente de su empresa, con Nathan (Oscar Isaac). Nathan es un indiscutible genio que posee comportamientos controvertidos y excéntricos y que vive aislado en mitad de la nada, en un lugar remoto. Coleb asistirá a los pormenores de las creaciones del director de orquesta de Bluebook, interactuará con el chocante e indescifrable Nathan sobre sus trabajos y proyectos y será testigo de su creación más lograda: Ava (Alicia Vikander). La joya de la corona. Un fascinante prototipo robótico de última generación que deja al joven programador boquiabierto.
Los efectos especiales son extraordinarios ―ganó el Oscar en dicho apartado― y el papelón que se marca Oscar Isaac es
memorable.
Coincido con el crítico Marín Bellón cuando la cataloga de “elegante relato
futurista”, y también con Guy Lodge cuando la describe como el “Frankesteins de
la era digital”. Ex Machina es una película que se aleja la ciencia-ficción descatalogada y continuamente
repetitiva de Hollywood, de combates y bombas y fuego. Una película bien
orquestada, claustrofóbica y brillante, donde los personajes, la realidad y la inteligencia artificial se enfrentan, se ponen a prueba, cara a cara. La inquietud no
desaparece en ningún momento. Las preguntas siguen abiertas.
(4/5)
B.S.
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