En la rayuela de tus ojos

Con el alma plagada de lamparones 
de comerme la vida con las manos 
de saltar en los tecnicolores charcos 
jugué en la rayuela de tus ojos 
a desenjaular los aleteos del pecho 

Con las olas bramando en carne viva
con el día tumbado en sueños de lobos 
fuimos dos colibríes a los pies del otoño 
viendo los besos caer
viendo la luna dormir

Mezclamos el verbo con el desenlace
con el pelo enmarañado de tormenta;
fruta que resbala por el pentagrama

indescifrable de los cuerpos 
néctar de música blanca 

que serpentea por los poros
que nos devuelve 

los días azules 

de la lluvia
de verano.

BS