España cojea como siempre en los JJOO

 Hoy los Juegos Olímpicos cierran el telón y España se queda lejos del sobresaliente y el notable; vuelve a dejar un medallero por debajo de lo esperable y deseado. Los cantos al sol de optimismo desbordado de los mandamases del deporte, de Alejandro Blanco y compañía, al amparo de los aplausos bobalicones de los medios, que visualizaban entre veinticinco y treinta medallas, que es el resultado que debe aportar la delegación española por su potencial, fue, una vez más, una utopía. Cerramos París con dieciocho metales a una distancia sideral de países como Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Japón. Estamos terriblemente lejos, incluso, de Holanda y Corea del Sur. La historia de siempre.

Y aquí, a partir de ahora, se baja la persiana y se apaga el foco sobre nadadores, corredores, gimnastas, saltadores y un largo etcétera. Los Juegos Olímpicos ponen cada cuatro años la atención en deportistas que pelean por una medalla, si bien, el resto de los años están fuera de las portadas y de la conversación. A partir de mañana, todo volverá a ser fútbol, un titular de tenis con Alcaraz, un telegrama de baloncesto cuando haya un título en disputa. Pero sobre todo fútbol. Y nada más.

No nos tomamos en serio el deporte, la diversidad de disciplinas deportistas y no apoyamos a los deportistas como se merecen. Somos un país tremendamente obsesionado con el fútbol, y si no, ponga la radio un fin de semana, ponga los deportes de los noticiarios. Fútbol y solo fútbol, y fútbol masculino. Hemos naturalizado que el Real Madrid de Florentino haga fichajes de doscientos millones de euros y que nuestros deportistas olímpicos sobrevivan con una beca justita. Y esta obsesión enfermiza y mitómana con el balompié deja en el olvido a muchos deportes y deportistas. Deportistas que viven en el día a día en muchos casos y que mendigan para competir en la élite internacional, con los mejores. Aunque, eso sí, cuentan con menos recursos, apoyos e instalaciones que los países punteros de nuestro entorno europeo. Y de estos deportistas solo nos acordamos cuando obran el milagro y se cuelgan una medalla, pero nunca reivindicamos y apoyamos todo el trabajo y sacrificio previo; los campeonatos de España, de Europa y Mundiales. Y ahí es cuando hay que estar.

BS

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