Un oasis literario

 Cervantes y la invención del Quijote es un pequeño libro; la adaptación escrita de una conferencia de Manuel Azaña de 1930 que ha sido publicado este año (2023) por la editorial Archivos Vola. Una conferencia que nos retrotrae al 3 de mayo de 1930. Nuestro político, republicano hasta los tuétanos, hace un breve paréntesis dentro de la pugilística e idiosincrática vida de lo público para refrescarse en una de sus aficiones más queridas; la literatura. Se pierde así por un rato en un oasis literario para hablar de su admirado Cervantes, del celebérrimo Quijote, para fundir sus gestas y gestos y tropiezos con su país, con su siempre zarandeada España que se resbalaba por el borde del abismo en aquella primera mitad del siglo XX. Un país que, no lo olvidemos, en 1930 estaba con las calles encendidas, ardientes, con la conocida y discutida dictablanda de Berenguer, después de la dictadura de Primo de Rivera, en la antesala de la Segunda República, en la antesala del golpe de Estado de los militares sublevados, en la antesala de la Guerra Civil (1936), en la antesala de la Segunda Guerra Mundial (1939).

El librito es una oda abierta en canal sobre la figura de Cervantes, del Quijote, pero recorre y repasa, paralela y justificadamente, a los autores más destacados del momento, con menciones a Unamuno, a Calderón, a la Celestina de Fernando de Rojas, haciendo de este modo, con este pasar revista de autores, una especie de compendio histórico y contemporáneo de la literatura española. Pero como indica el título, hay un énfasis manifiesto, preponderante y predilecto por la figura de El manco de Lepanto; una figura que fue discutida en su tiempo, que vivió ahogado en la pobreza y en las deudas, y que solo al final de sus días de vejez vio cierta compensación por su ya vasta obra escrita. Un tema que el propio Azaña critica y reivindica.

Un libro que recorre los pensamientos del político español sobre nuestra literatura, sobre Cervantes y su obra maestra, El Quijote, con ramalazos directos, nada inocente sobre la vida turbulenta del país. Todo, con la sana intención de hacer de su país un país mejor, un país más libre, más reflexivo, más lector. Un país que se encontrara buscando en el norte y en el sur. Un país que buscara la democracia frente a las dictaduras duras o blandas; con el horizonte claro de la utopía quijotesca (idealista, justa) de la libertad y la república.

BS





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