Un libro más: 'La Bestia', de Carmen Mola

UN LIBRO MÁS

Carmen Mola, el pseudónimo que engloba a tres escritores (Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero), se alzó con el gran premio de la literatura en español; el Premio Planeta del 2021. No sin polémica. Las tiranteces surgieron por la falsa autoría de Carmen Mola y estará eternamente vinculada a esta novela, sin olvidar que las polémicas suelen ser recurrentes con los galardones que otorga la editorial (baste recordar la repercusión cuando Boris Izaguirre fue Finalista en el 2007).

El pueblo ha reaccionado con aplausos y abucheos a partes desiguales. Particularmente, no cabe duda de que la apuesta por la autoría guarda un sentido puramente comercial, buscando el mercado y el compromiso de las lectoras, que son mayoría, y que, en este caso, la cuestión de género era también una cuestión de billetes, porque las lectoras cada vez leen a más autoras. Y en este punto muchas lectores, principalmente, creen que han jugado con el tramposo anzuelo. Aunque en este rifirrafe se obvia la crítica y calidad literaria y se focaliza la cuestión de género, algo que es un ruido ajeno a la propia obra literaria.

Las seis manos, que consiguen ponerse de acuerdo para darle vida y cierre a un proyecto literario, algo tremendamente infrecuente, venían de conseguir revuelo y boca a boca con las obras anteriores. Además, han estado detrás de guiones para series y películas, y esta trayectoria, este curtimiento, esta enorme influencia de lo audiovisual, se ve y se palpa en la escritura y en el tipo de novelas que hasta la fecha han colocado por librerías y escaparates. De hecho, La novia gitana, no tardará mucho en ver la luz de las pantallas.

Hay una evidente intención, nada inocente, por conseguir adaptar todos los membretes de la historia al género negro, con tintes nórdicos. Desde hace años, la novela negra nórdica, más violenta, tremendista y sangrienta, está en auge, lo que supone que la casquería cope protagonismo. Pero esto no quiere decir exactamente que la novela sea dura o difícil de leer. Lo que sí parece claro es que la intención de los novelistas, además de estructurar una historia que se sostenga y que provoque el interés del lector, era la de conseguir presentar todos los ingredientes que se mezcla en todo best seller de novela negra. Elementos infranqueables, que en este caso, salen a flote; entreactos de un amor imposible/idealizado; una perseverante investigación policial, a menudo con un Watson y un Sherlock Holmes, un preguntón bigotudo y un genio extravagante que ata cabos y datos; misteriosos asesinatos sin resolver con asesinos tremebundos.

En este caso, la historia como tal juega un rol importantísimo y el Madrid del Siglo XVIII, con sus plazas, calles y personajes históricos, vive en el libro como un personaje más. Un Madrid pandémico, colérico, apocalíptico, donde la miseria, la picaresca y el caos hace acto de presencia en cada página.

La Bestia es una novela con casquería, tripas, muertes, prostitutas, curas, niños pobres y una aristocracia de postín. A este galimatías social se le funden historias de amor, de amistad, reiteradas búsquedas y persecuciones, con personajes que viven al límite, y que malviven entre la ayuda, la venganza y la insolidaridad. El libro se lee sin prisas, nos encontramos con capítulos cortos, con algunas escenas insípidas, y de entre el reguero de sangre y búsquedas sobresalen también, de debajo de las piedras, nuevos personajes, que aparecen constantemente y que le aporta dinamismo a la lectura.

Gran parte de la tripería que aparece en el libro es una mera recreación sin sentido estético. He echado en falta una prosa que fuera más allá con la escritura; una narrativa con más combustión, que doblara las palabras, que le aportara grandeza y profundidad. Creo que la obra cae en muchos lugares comunes, con reflexiones simples, obvias, sobre la sociedad, la política, la religión, las costumbres, el país. Pero, como suele decirse, para gusto, los colores. Y a este libro, le faltan colores.

BS


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