Israel es Palestina por un día
Hamás ha cometido un acto terrorista este viernes. Un acto terrorista sin paliativos que evidencia la sed de venganza, de rencor, de odio. Un ataque, con la venganza y la histeria por bandera, de un pueblo arrinconado y marginado por el Estado de Israel que cuenta con la condescendencia y pasividad del mundo. Un acto terrorista que se lleva por delante a civiles inocentes y que está alimentado por la estela histórica de años de sufrimiento, de barbarie, de yugos y miserias. Un acto terrorista que esconde el peso de la historia, de setenta años de opresión y abusos.
Porque este terrorismo tiene un contexto sondable; Israel invade, expatria, ocupa, bloquea, humilla, estrangula, mata y bombardea territorios palestinos desde hace setenta años. Israel arrastra setenta años de terrorismo de Estado. Según las estadísticas oficiales, desde 1988, han muerto más de 14.000 personas en el conflicto y aproximadamente el 90% son palestinos. Israel nunca planteó una solución política y pacífica para el conflicto. Todo pasaba y pasa por la brutalidad de la fuerza; un David contra Goliat donde Israel encarna a este último, al gigante abusón y autoritario.
Es imposible pacificar un territorio pisoteándolo, cuando ni siquiera reconoces los derechos mínimos para la supervivencia de las personas palestinas. Los palestinos han sido expulsados y exiliados por la fuerza. Son unos eternos refugiados. Y en este interminable conflicto no se puede dejar en el libro en blanco del olvido que Israel es un Estado invasor, colonizador, inventado, artificial, poderoso, militarizado, multimillonario, ortodoxo, sionista y nacionalista que ha invadido, ha ocupado, ha usurpado territorio palestino gracias a la supremacía militar, gracias al respaldo de la política mundial, con el espaldarazo especial del Reino Unido, de la ONU, y de los Estados Unidos, y con el apoyo unánime de occidente en general, por cuestiones geopolíticas en Oriente Próximo. Todos los actores políticos de occidente han considerado el destierro y el exterminio de Palestina un mal menor, un mal lejano, un peaje para tener un epicentro estratégico en Oriente Próximo. En definitiva, la masacre sobre Palestina se ha considerado un daño colateral.
En el enclave de la actual Israel, el pueblo judío suponía una notoria minoría histórica con respecto a los palestinos, especialmente en el siglo XX. Pero la creación e invención del Estado israelí, en 1948, que iba en paralelo de la creación del Estado de Palestina, un Estado en stand-by, convirtió a Israel en un Gibraltar imperial, en una colonia bestial armada hasta los dientes, que con siete días dejó claro su potencial armamentístico a los países colindantes, y que ha invadido, ha avasallado y ha arrasado con frecuencia ciudades palestinas. Israel se ha expandido sin control alguno, con un dominio aplastante. En Gaza, que es el lugar más tensionado y denigrado actualmente, viven dos millones de personas entre muros con la escasa ayuda internacional. Muros creados por Israel. Un apartheid en pleno Siglo XXI. Gaza está bloqueada por Israel por tierra, mar y aire desde hace dieciséis años. Allí, a menudo, no hay luz, agua, comida ni medicamentos. Esto significa que vivir en Gaza es como vivir prácticamente en el patio de una cárcel. Cada vez que resurge la tensión entre Israel y Hamás, Israel bombardea Gaza porque sabe que no hay escapatoria posible, y por tanto, los muertos están asegurados.
Con lo que no contaba Israel es que su enemigo pobre, amurallado y pisoteado, sin recursos, y también sin nada que perder, fuera capaz de cometer semejante atrocidad. Habría que preguntarse qué es más atroz; un acto terrorista de un pueblo desesperado y abandonado a su suerte o el aplastamiento sistemático del Estado de Israel que pretende hacer un genocidio a cámara lenta con Palestina. Borrarlos del mapa como los nazis con los judíos. Porque el país judío tiene la capacidad militar para hacerlo y considera que tiene también la superioridad política, moral y religiosa para hacerlo. De ahí que el ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, califique a los palestinos de Gaza de "animales humanos". Aunque las facciones terroristas islámicas radicalizadas que aguardan en los alrededores de Israel también aplastarían a los judíos si tuvieran la posibilidad, si tuvieran la superioridad militar. Pero los políticos israelíes deberían reflexionar sobre si conseguirán algún día la paz con la guerra, con el abuso y el exterminio sistemático sobre los palestinos. Porque lo que se ha demostrado con este jaque al rey con peones, con este ataque terrorista, es que mientras haya un palestino en pie, Israel nunca podrá bajar la guardia, nunca tendrá paz.
BS
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