Tu palabra sí es importante

A María Guardiola le va a perseguir durante toda su vida este paso atrás porque ha vendido sus principios y sus ideales en tiempo récord. Todo por empuñar el cetro presidencial. Su pacto forzado, trasnochado y maniatado con Vox, tras las disputas internas y los acuses de recibo es una puñalada por la espalda a su dignidad política. Y en el Partido Popular son expertos en quitarle la dignidad a sus dirigentes, y si no, que se lo pregunten al, ya para siempre desaparecido, exlíder popular, Pablo Casado. El PP ha arrastrado a Guardiola hasta Madrid para que tache sus palabras y se trague a Vox. 

Guardiola ha perdido la oportunidad de convertirse en una gran líder para Extremadura, para encabezar un futuro político, hipotencando su carrera política por esta falta de palabra, de personalidad y de coherencia. Creo sinceramente que ha perdido más de lo que ha ganado porque tenía a la mayoría de los votantes de su lado (y la figura de Vara está zarandeada por la carga de años en el trono de Extremadura y por el desgaste del gobierno del PSOE de Sánchez), y si se hubiesen dado unas nuevas elecciones en Extremadura, probablemente habría ganado con mayoría absoluta, o la habrías ganado (cosa que aún no ha hecho). O habría perdido nuevamente por la mínima pero, podría haberse mantenido en ese hipotético caso, con la cabeza alta y validando su candidatura para el futuro. 

Porque cuando una persona pierde su palabra por aferrarse al poder y afincarse a toda costa en la presidencia, en un cargo, porque así se lo dictan, se convierte en un mero títere y termina desdibujada como persona y desfigurada como política. Porque para estas personas, el fin justifica los medios. Y eso significa que su palabra tiene un precio, que se puede negociar, que se puede vender. Porque ya no sabemos ni sabremos si manda ella, o manda Feijóo, o mandan otros peces gordos desde Madrid con una llamada de teléfono. O sí lo sabemos, y se demostraría una vez más la poca autonomía de esta región maltratada para tener una postura propia, reivindicativa, crítica. Porque si algo necesita Extremadura, a estas alturas de desigualdad y olvido, es a alguien que vaya de cara y no a alguien que se ponga de perfil o de espaldas si así se lo mandan. 

Es una lástima que una mujer como ella, que había revolucionado y agitado, para bien, al PP de Extremadura, que defendió unos principios supuestamente inamovibles, que dio la cara con valentía para reivindicar la igualdad, para alentar a las mujeres, para criticar a los machistas, para defender los derechos de los ciudadanos, de los inmigrantes, del colectivo LGTB, se tragara sus palabras. Es una pena que Guardiola se corrompa y se desmorone de esta manera en un puñado de horas. Le ha dado la oportunidad a sus enemigos ideológicos, a unos reaccionarios nacionalistas y negacionistas, que reniegan de todas las premisas que ella defendía hace unos instantes, de pisar la Junta. Porque los abascales y los defensores de los chiringuitos de Vox se desmarcan clara y nítidamente de las conquistas sociales de las últimas décadas, y estas sombras del franquismo van a acaparar protagonismo, por vez primera, en el parlamento. Lo que implica que entramos de lleno en un punto de inflexión en la política de la región porque tendrán acceso a lo público, tendrán la ocasión de meter sus sucias manos llenas de odio en las instituciones de nuestros pueblos y ciudades. 

BS

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