El Retrovisor (III)

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El Retrovisor (III) 
El Real Madrid se laurea por segundo año consecutivo en la competinción europea por excelencia




La Duodécima

   El Madrid retornó a la coronación de su competición, a engalanarse con la Champions, que parece hecha a medida. Doce Liga de Campeones en total; suma tres títulos en cuatro años; seis en las últimas dos décadas. La final duró lo que duró la primera parte, lo que pudo aguantar la Juve, al que se le hizo bola el lance; no pudo igualar el nivel de los blancos en los noventa minutos ―que acabaron insuflándole una ingesta al equipo de Turín―. Un gol de Cristiano, que sale reajustado al contactar con Chellini, de una jugada de orfebrería, directo y con alevosía, tras un magnífico pase de Carvajal a la retaguardia, que era en sí medio tanto, adelantó a los de Zidane. La respuesta no se hizo esperar. Y qué respuesta; golazo de Machukic de chilena que se cuela por la escuadra de Keylor Navas que solo pudo adornarlo para embellecerlo más. Así se cerró la primera mitad, con el 1-1. La Juve había puesto más coraje, más actitud, más ritmo y velocidad, pero no obtuvo un botín solvente. El Madrid había puesto eficacia, inteligencia y seriedad defensiva.

   La segunda parte solo tuvo un equipo; el Real Madrid. Los blancos barrieron del campo a una Juventus que se quedó sin gasolina, sin silogismos. Los de Allegri se perdieron en el laberinto que les iba construyendo el conjunto de Zidane; control y embestidas. Casemiro ―ironías del destino―, hizo el segundo tanto, con un disparo rotundo desde fuera del área, desde unos treinta metros. Tuvo suerte, ya que el cuero tocó ligeramente en un defensor y la trayectoria se vio favorecida, se ajustó al palo, y Buffon, a pesar de sus intentos y de su estirada, no obtuvo recompensa. El tercero tanto sería un gol de Asensio, nada más entrar al campo, con la Juventus fundida, derretida, con el Madrid pletórico, gustándose. El cuarto fue otro tanto de Cristiano, tras una buena internada de Marcelo, cuando ya no había partido por jugarse, cuando estaba en los minutos de la basura. El asunto quedó a merced de lo que desearan los merengues.

   El Madrid fue mejor. No hubo discusión, ni dramas. Supo defender las enbestidas de la Juventus, que comenzó el partido como un león, pero conforme pasaban los minutos, el Madrid lo convirtió en un cordero. Higuaín apenas aportó en ataque, volvió a desaparecer en una cita importante. Y Dybala, a pesar de los intentos, de los desmarques y de la movilidad, fue restado por la zaga madridista. La Juve pierde de nuevo una final, y por los avatares del fútbol, una gran generación, como es la Juventus del extraordinrio Buffon, de estos últimos años. Un equipo que arrasa en Italia pero que se ha visto contrarrestada por el Barcelona de Messi, primero, y por el Madrid de Cristiano, después. Se queda sin pedestal europeo. Además, con este título, Cristiano Ronaldo, marca, definitivamente, una época en la Champions con el Madrid. Podría aspirar a ese título ególatra del Balón de Oro, que tanta publicidad renta. Si lo consigue, igualaría al astro argentino, a Messi, con cinco esferas. De lo que no cabe duda, es que estamos en un ciclo histórico, en un momento futbolístico en que han coincidido dos portentos, dos leyendas; Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. 



Un Equipo Letal

   La Warriors volvieron a ganar: 132-113; 2-0 de parcial en las finales. De nuevo Curry y Durant, con un tercero en discordia, como Klay Thompson, se salieron; volvieron a darle fuelle y a demostrar que este año las cosas han cambiado, que no hay flaquezas. Dominaron el marcador en todo momento, y a pesar de los intentos de LeBron ―que volvió a ser el mejor de los suyos― y compañía, en el último cuarto, los de San Francisco, ya pusieron el punto final. Se descolgaron con triples y con internadas y dejaron que se pasara revista al banquillo. Se había dado carpetazo a la contienda.

   Ahora, los Cavaliers tendrán dos partidos en casa. No todo está perdido para los de Cleveland, pero tendrán que poner todo de su parte, inventar algo que equilibre la balanza, si quieren pelear por un anillo que cada día es más amarillo. Durant, es máximo candidato a hacerse como el MVP de las finales, y por lo que vemos en él, no tiene intención de aflojar a marcha, y esto, es uno de los pilares para que los Warriors levanten el campeonato. Los Golden State Warriors, ojo al dato, no han perdido ni un partido en los playoffs (14-0). Un equipo letal.


BS

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