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EL RETROVISOR (I)
NBA
En los playoffs de la NBA se ha desmontado
la competencia otro año más. La historia avanza para repetirse de nuevo. No hay
rival de envergadura para los Warriors, ni para los Cavaliers. El equipo de
Durant, Green, Curry y compañía, ha barrido a sus rivales; a Portland y a los
Jazz de Utath, dejando ambas eliminatorias en 4-0, sin anestesia. Llegan a las
finales de conferencia intactos, sin que nadie les tosa, sin que nadie les ponga
un partido en entredicho. Allí, se encontrarán a los Spurs de Gasol, de Kawhi,
que apearon a los Rockers de Harden la pasada noche, finiquitando la eliminatoria con un 4-2. Los Spurs se dejaron un buen sabor de boca con el último trecho, en Houston, un partido con un escandaloso resultado: 75-114. El sexto partido resultó
ilógico, los de San Antonio dominaron y compitieron y ahogaron al equipo de La Barba pese a las penosas circunstancias; Parker en el
dique seco, y, para colmo, sin los galones del Teminator texano, sin Leonard Kawhi. Fue
una eliminatoria disputada, en donde no había un claro favorito, y sí mucha
pelea y contienda. Los de Popovich se llevaron la victoria para casa, y buscarán lograr la
machada, el milagro, contra los intratables Warriors, y por qué no, soñar con enfundarse un nuevo
anillo. Un reto que se antoja extremadamente difícil, pero no imposible. Tienen alguna
opción. Habrá que estar al tanto, en cualquier caso.
Y mientras, en el oeste, los de San Francisco barren y arrasan sin
piedad a sus contrincantes, por la vía del K.O., por el este, las aguas bajan cristalinas para los de Cleveland y no se quedan atrás; el
equipo de Irving y del omnipresente LeBron ―The
King― están repartiendo de lo lindo, estopa; 4-0 contra los Pacers de Paul
George, y 4-0 contra los Raptors de DeRozan, Lowry e Ibaka ―aunque en varios encuentros los Cavs han
estado cerca de palmar―.
Nunca
antes dos equipos de la NBA habían dominado con tanta holgura en unos playoffs.
Los dos baluartes de la liga llevan unos parciales de 8-0 en las eliminatorias.
La final está casi decantada entre los Warriors y los Cavs. Sería una sorpresa
mayúscula que los Spurs o los Boston boicotearan el guion para esta final de la
NBA, que por otra parte, se antoja memorable ―es una final mejorada, si miramos
los antecedentes―. Los entresijos apuntan y subrayan que habrá, por tercera vez
consecutiva, un duelo de máxima altura y tensión entre los Warriors y los Cavs. Un cruce que
comienza a otearse, a convertirse en un clásico. Pase lo que pase, la final
será un espectáculo asegurado.
La Champions
El
Atlético de Madrid no pudo remontar el 3-0 que le endosó el Real Madrid en el partido de ida en el Bernabéu. Y eso
que los colchoneros tuvieron motivos para creer; en el minutos 20, Saúl y
Griezmann, habían dejado a los rojiblancos con un 2-0 a favor en el marcador. Se
podía creer en la remontada, en cambiar la ruta de los acontecimientos marcados. Sin
embargo, el último derbi en el Calderón se acabó con una genialidad de un francés, que suele estar como ausente; Benzema. Rebasó a la defensa atlética ―que sale en bloque, obnubilada y sin decisión― con
clase y maestría, propiciando, a la postre, tras varios lances y rechaces, que el balón acabara blandito, en los perímetros
de Oblak, para que Isco cazara un gol que fumigó las esperanzas del equipo de Simeone. El resultado
final fue de 2-1. El Atlético se queda un año más sin recompensa en Europa, con la eterna espina clavada. El Calderón cerró sus puertas a las noches europeas, para siempre. El año que viene será el último de la era del Cholo, ya en el Wanda Metropolitano, y todo indica, que se cerrará un ciclo cuando deje al equipo rojiblanco. El Madrid, por su parte, se verá las caras con la Juventus de Turín, una Vecchia Signora conocida. Se
repetirá de nuevo la final de 1998, cuando el Madrid, gracias a un tanto de oro
de Mijatovic, conquistó la séptima Copa de Europa tras 32 años de sequía en la máxima competición. El
Madrid, si gana de nuevo, se convertirá en el primer equipo que se laurea durante dos temporadas consecutivas en la Champions, con el formato actual. Tiene a tiro un doblete
histórico ―si no se le escapa la liga, si gana la final europea― para cerrar así, un año de ensueño.
BS
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