Nosotros Sí Que Tenemos Suerte
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Nosotros Sí Que Tenemos Suerte
Vayamos
por partes, Jack. Sostres es un cerdo, aunque dice que es periodista. (¡Ojo!, que tiro de las referencias de la RAE para definirlo, de las ascepciones 3 y 4 ―persona grosera (3), persona ruin (4)―, no por gusto, oiga). Para empezar se
quebró en el primer curso de periodismo, en la UAB. Sus aficiones son comer y odiar. Aunque no sé, en su caso, si ese es el orden de preferencia. Además, alardea de que ha leído pocos libros en su vida, otorgándoselo a su estercolera figura como si
fuera un plus, otra lorza a su sesera, y, para colmo, considera a Franco como padre precursor de nuestra democracia reciente. Pero en este país, los amigos hacen más que los currículums y el intelecto,
sobre todo en el periodismo lameculero de enchufes. Pero eso es
otra historia.
Cuando
el Barcelona jugó la Copa del Rey contra el Villanovense, el año pasado, El Cerdo
―con perdón de los cerdos―, ridiculizó a los habitantes de Villanueva de la Serena ―un pueblecito de Badajoz―. Soltó que ver a aquellas gentes era como “cenar
con un pobre”. También desmigó en su chatarra de odio ―que El Cerdo llama “artículo”―
que su mujer, La Cerda ―las mismas ascepciones de la RAE―, disertaba con incredulidad fantasmagórica de las escenas del partido y de los
pantallazos que ofrecía la televisión de la grada, como si Villanueva se tratara del
Tercer Mundo, como si ser pobre tuviera algo que ver con la dignidad de las personas.
La dignidad es otra cosa, es una cualidad, aunque en vuestro caso no es fácil reconocerlo; es lo que no tenéis.
Después de las denigraciones sobre los aficionados del Villanovense, mientras los dos veían el partido, se sintieron “muy afortunados de vivir en la gran ciudad”. El Cerdo considera que esa situación deportviva es “deplorable, porque ni todo el mundo puede, ni es agradable cenar con pobres, ni puede mantenerse el orden si todo el mundo empieza a intentarlo”. Palabras textuales. Y es verdad, pretender que la gente de pueblo, de abajo, y sus equipos de fútbol, que pagan a Hacienda, compita con los multimillonarios, es una des-FACHA-tez. Sus habitantes no poseen el glamur suficiente, ni el nivel, que solo se destila, en pequeñas dosis, en las grandes ciudades. ¿A que sí, Cerdo? Los pueblerinos desentonan demasiado, se sobreexcitan por minucias, no saben contener sus pasiones y viven en las cavernas. Se emocionan excesivamente, como tú con el caudillo, ¿eh, Cerdín?
Después de las denigraciones sobre los aficionados del Villanovense, mientras los dos veían el partido, se sintieron “muy afortunados de vivir en la gran ciudad”. El Cerdo considera que esa situación deportviva es “deplorable, porque ni todo el mundo puede, ni es agradable cenar con pobres, ni puede mantenerse el orden si todo el mundo empieza a intentarlo”. Palabras textuales. Y es verdad, pretender que la gente de pueblo, de abajo, y sus equipos de fútbol, que pagan a Hacienda, compita con los multimillonarios, es una des-FACHA-tez. Sus habitantes no poseen el glamur suficiente, ni el nivel, que solo se destila, en pequeñas dosis, en las grandes ciudades. ¿A que sí, Cerdo? Los pueblerinos desentonan demasiado, se sobreexcitan por minucias, no saben contener sus pasiones y viven en las cavernas. Se emocionan excesivamente, como tú con el caudillo, ¿eh, Cerdín?
Al Cerdo lo largaron poco tiempo después de
El Mundo. Pero quedan muchos otros animales de granja en COPE y en ABC que le siguen dando de comer, por desgracia. Desde entonces, desde
que vi aquel desprecio, ando con ojo y cuidado para no comprar y leer nada que lleve su nombre. No quiero contaminarme.
Resulta increíble, pero te pagan por odiar. Eres un asco para la sociedad, das mucha peste, literal, intelectual y metafóricamente. Yo prefiero sentarme a comer con los pobres que sentarme junto a tu cara de lagarto cochino. No sea que me pases ese odio visceral que te atraganta tan a menudo. José Manuel Calderón, base en la NBA de Los Lakers, de Villanueva, te puso en tu pocilga; te metió un triple de los buenos cuando te contestó que “nosotros sí que tenemos suerte de que tu mujer y tú viváis en una ciudad”. Fin de la cita. Amén.
Resulta increíble, pero te pagan por odiar. Eres un asco para la sociedad, das mucha peste, literal, intelectual y metafóricamente. Yo prefiero sentarme a comer con los pobres que sentarme junto a tu cara de lagarto cochino. No sea que me pases ese odio visceral que te atraganta tan a menudo. José Manuel Calderón, base en la NBA de Los Lakers, de Villanueva, te puso en tu pocilga; te metió un triple de los buenos cuando te contestó que “nosotros sí que tenemos suerte de que tu mujer y tú viváis en una ciudad”. Fin de la cita. Amén.
B S
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