Trump le pone la alfombra roja a Putin

 Trump le pone la alfombra roja a Putin

"Si Ucrania no es parte de la cena, es porque es parte del menú"
Josep Borrell

Trump ha desvelado públicamente los puntos más importantes del acuerdo entre Estados Unidos y Rusia para terminar por las bravas con la invasión rusa en Ucrania. Ha dejado fuera de dicha negociación a Ucrania (la víctima, el país invadido) y a Europa. Llamó a Zelensky después de hablar con Putin para invitarle a aceptar los términos de la rendición y la derrota. Le ha dado tiempo a Trump, incluso, a clavársela por la espalda a Ucrania y sacarle una tajada a un país abatido y arrodillado políticamente, porque Estados Unidos será clave en la reconstrucción de Ucrania y en la extracción de recursos minerales claves. El pacto de paz de Trump no es, por tanto, un pacto de paz. Es una alfombra roja a la victoria de Rusia. Un pacto vergonzoso para Ucrania y un pacto que quiebra el derecho internacional, la soberanía de los países. 

Trump lleva pocas semanas en la Casa Blanca, pero sus actuaciones y verborrea airean su prepotencia, su autoritarismo, su defensa a ultranza de su neoliberalismo salvaje; para él lo más importante no son los valores democráticos, ni la justicia, ni las personas, lo que realmente le importa es el dominio, el dinero, la economía, que Estados Unidos sea el árbitro económico y político del mundo. Trump no negocia, no busca consensos, impone. La invasión rusa terminará con una rendición ucraniana en la práctica y tiene un motivo principal; los Estados Unidos de Trump no quieren invertir ni un sólo dólar más en una contiendan que consideran europea. Y hemos descubierto que Europa, para Trump, es completamente irrelevante. A Trump le da igual que Europa sea un adalid de la democracia y Rusia una pseudodictatura bajo la autoridad de un hombre que lleva tres décadas recalentando el sillón presidencial (con la oposición en la cárcel o bajo tierra). El presidente estadounidense prefiere atar los cabos políticos con un sátrapa como Putin, a dialogar y discutir los pormenores de la invasión rusa con Ucrania y Europa. Defender los principios democráticos para Trump, si sale caro, es un sinsentido.

A partir de ahora:

— Rusia se queda con todos los territorios ocupados.

— Ucrania no se queda con el territorio ruso ocupado.

— Estados Unidos se hará cargo de parte de la reconstrucción de Ucrania y tendrá acceso a los recursos ucranianos para manejarlos a su antojo.

— Ucrania no podrá entrar en la OTAN. Esto significa que quedará indefenso ante un futuro ataque de Rusia, y, ante una futura invasión de Rusia. La segunda lectura es que Rusia podría hacer lo mismo con otro país fronterizo, con este precedente; territorio ocupado y bombardeado, territorio conquistado. Además, Trump ningunea indirectamente a Europa y a la OTAN, dejándolos al margen de las negociaciones.

— Para que nos hagamos una idea de la derrota y humillación ucraniana, Ucrania pierde cerca del 20% del territorio. Es un acuerdo vergonzoso para el país que ha sido invadido, la víctima. Llevando esta comparación a España, es como si España firmara el acuerdo sabiendo que pierde definitivamente Andalucía y Murcia. Y para mal de males, la política de Ucrania de los próximos años quedará supeditada a Estados Unidos y Rusia (Ucrania tampoco podrá formar parte de Europa a corto y medio plazo).

— Este precedente será extrapolable a lo que ha ocurrido en Oriente Medio con Israel y Palestina. En este contexto de agresiones, invasiones y conquistas, Israel podrá ampliar salvajemente su territorio invadiendo la bombardeada Gaza como le venga en gana, y en un futuro próximo, Cisjordana. Y si no lo hace Israel, probablemente lo haga Estados Unidos, como ya ha dejado caer Trump en varias ocasiones.

BS

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