Con la Soga al Cuello
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Con la Soga al Cuello
Primera Parte: Ned Stark, by Pedro Sánchez
Al
final, Pedro Sánchez, como si de Ned Stark se tratara, no encontró compasión y
la guillotina hizo el resto. Zas. El congreso socialista fue una pelea en el barro,
sin reglas. Algunos de los socialistas que estuvieron presentes en el Comité Federal,
aseguraron, que los contrarios a Sánchez, llevaron a Mike Tyson para que le endiñara a Pedro algún capón malintencionado, con la lengua doblada entre los
dientes y los ojos en órbita, nnnnn. El
congreso, precipitado y alocado, entre chapuzas y altanerías, acabó como el
rosario de la aurora. Sánchez se llevó el apaleamiento que llevaba semanas
tramándose, en las sombras… y en las luces. El gallinero de Ferraz acabó con
una ejecutiva improvisada, de urgencia, que se hará cargo del partido hasta que
se vote al nuevo secretario general. A Sánchez le tocó pasar, después de los que te
peeeéeego leches, que te péeego,
por el aro; dimitió de su cargo de Secretario General del PSOE.
La
factura, después de que los disidentes de Sánchez entraran como un elefante en
una cacharrería, no la quiere pagar nadie. A la salida del congreso, la mayoría
recurrió a las palabras de escaqueos o al recurso yo no he sido / wosel wosel.
Segunda Parte: “Vamos a hacer lo que
tenemos que hacer [sin saber qué hacer]”
Un
sector del PSOE defendía que no van a apoyar a Rajoy, bajo ninguna circunstancia, y, que
si hay que ir a las terceras elecciones, se va, aunque se queden en los huesos,
en la estacada. Otra parte, abogaba por la abstención, por el bien del país y
del partido, aunque no han tenido muy claro cómo defenderlo, cómo argumentarlo,
y no han querido recurrir a la opinión de los militantes, por si las moscas
―que ya hay varias, y de las gordas―. La cara de circunstancia de Hernando, el
leñero del PSOE, el duro entre los duros, el guayero por antonomasia, transformado en Don Pardillo
Pantuflo, cada vez que tiene que dar la cara, lo dice todo. Se come todos los
emparedados y tuerce el gesto y los zapatos. No sabe dónde meterse; no sabe representar el papel de policía bueno.
Los
que se han colgado de la abstención para favorecer la investidura de Rajoy y la
puesta en marcha de un gobierno, lo han hecho en el balbuceo, sin tener claro
el continente y el contenido, como el que le echa tomillo a un plato ―ni cuánto ni por qué―, siempre, con la idea omnipresente de que no era
sensato recurrir a unas nuevas elecciones. Todos los parlanchines socialistas,
salvo Borrel, que ha sido el único que ha mostrado sensatez y sentido común,
han evidenciado que el PSOE no sabe gestionar los problemas internos. Hay fugas
para rato y pocos parches. En Borrel se empiezan a arremolinar las esperanzas, para que tome el timón del partido. Otros apuntan
a Patxi López, y desde Andalucía, se mira a la chica que ha subido los escalones de
tres en tres y a dedazo limpio; Susana Díaz.
Lo
único que ha quedado patente, aclarado, en la escombrera socialista, es que a
ningún simpatizante del PSOE le ha convencido la pelea de puños encubiertos en
el gallinero de Ferraz, el motín a la desesperada, y a manotazos, que han montado
entre todos para derrocar a Sánchez. La brecha ha seguido ―y sigue― abierta
porque quinces socialistas se han saltado el voto del partido y han votado en
contra de la investidura de Rajoy. Sánchez también dimitió de su escaño, no votó en la investidura, y en
la rueda de prensa posterior, visiblemente emocionado, asistimos a las
declaraciones de un tipo que ha sido "invitado" a salir por la puerta de atrás y que ha tenido a
gran parte de los adversarios en su propio bando.
Tercera Parte: El Llanero Solitario
Revilla,
en La Sexta Noche, aseguró, con su chocarrería habitual, que Pedro Sánchez se
va a volver a presentar a las primarias, para ser elegido nuevamente como secretario
general del partido. Luego, el ex secretario general del PSOE, en la entrevista
con Évole, el pasado domingo, dejó aclarada dicha postura, subrayándola. Recorrerá
de nuevo todos los rincones de España para buscar apoyos y presentarse
nuevamente a las primarias. Un planteamiento arriesgado. Sánchez tiene todo el
derecho para presentarse nuevamente para encabezar el PSOE, si lo considera
oportuno, pero debería hacer una dura reflexión y no dejarse dominar por el
rencor. Es una lucha de gigantes, en la que tiene todas las papeletas para
perder, porque han sido sus compañeros de partido los que le han puesto en la
calle, y seguramente, lo volverían hacer. Además, los resultados del PSOE en
caída libre, no le ayudan en absoluto. Una apuesta arriesgada, sea como fuere, que fractura, que no ayuda a encontrar una solución global, sino parcial. Además, parte de la responsabilidad de la hecatombe socialista
recae en él; debe ser autocrítico. Su gestión ha sido cuestionada y criticada porque hay caldo de
cultivo para ello, sobrados motivos. Otra cosa, es que todos los males del PSOE sean fruto de su
liderazgo, como deja caer el elefante bocazas, machista y vejestorio Corcuera,
o como resalta Felipe González en sus pasadas de roscas. Ambos
olvidan el significado de la palabra “socialista”. Y que tampoco olviden los barones, que encabezan las distintas regiones, que parte del fracaso que salpica al PSOE les corresponde.
Tiene
bastante tino Évole cuando nos dice que “la política se ha futbolizado”, porque
aquel congreso socialista, y lo que ha acaecido después, no se aleja mucho de las
reuniones tarbenarias de los ultras de cualquier equipo de fútbol.
¡Ah!, y entre torta y torta, Rajoy presidente.
¡Ah!, y entre torta y torta, Rajoy presidente.
B S
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