El cambio como necesidad

Susana Díaz adelantó las
elecciones al parlamento andaluz solo por su motivo trascendental; estimaba que la mayoría
absoluta comería de la palma de su mano. Esperemos que se coma un mojón, por el
bien de todos. Andalucía necesita nuevos conductores. Sería una auténtica perdición
y un baño en chapapote que un partido sobradamente infectado de corrupción, sin remedio, ahora mismo, con
el caso de los EREs y demás trinques, siguiera gobernando, firmando, y manejando
los cotarros y cloacas. No sé de donde intentan sacar la credibilidad. Alucino
con los datos que sitúan al PSOE a la cabeza en intención de voto, en las
estimaciones, como si no importara todos los marrones encima y debajo, habidos
y por haber. Flipo pepinillos. Del tipo aquel que se presenta como candidato por
el PP no comento nada, porque es un simulacro, un mentecato, una nueva
repetición del equipo de la gaviota. Tarde y mal. No consta ni un leve asomo de
novedad, señoría, y callo ya, más que nada, porque lo chapucero sobra en ese
grupo y sería muy fácil hurgar en los cascotes del desmorone. Ya con Rajoy,
Wert, Fernández Díaz, Montoro, y compañía, no damos abasto, como pa’meter al
mentecato.
Los debates
de los candidatos, por si acaso, tanto en Televisión Española, como en Canal
Sur, le dieron plato de olvido a Teresa Rodríguez, siguiendo con la línea raquítica de pluralidad de los últimos
tiempos, no vaya a ser que Podemos se
suba a la parra y monte su dictadura. No invitaron a la candidata del partido que está llamado a mover y a
empujar a la desgastada política de este país, y tampoco contaron con los
candidatos de Ciudadanos, UPyD, y Partido Andalucista, que se posicionan como terceros partidos de gobierno. No vaya a ser que… Solo
PP, PSOE, e IU, dieron la mala cara. Izquierda Unida tuvo la oportunidad de pedir una participación más abierta, en favor de los demás partidos que quedaron al margen, y decidió quedarse a la sombra del PP y del PSOE para chupar cámara. Vergonzoso, una pena más para la democracia.
Como en
cualquier debate de piaras, los tres paquetes sangraron a mentiras y tiraron a
la patata, a llamar la atención con juegos de trileros y dardos de
sentimentalismo barato y de ocasión, para cambiar el mundo a mejor. "Porque los andaluces se lo merecen todo y más", comentaban los tres tontainas. Los tres paquetes
hablaron de lo bonita que es Andalucía, Díaz se empeña en demostrar lo bien que
va todo, lo bonita que es la bandera, las políticas sociales, cómo crece todo
en esta tierra, cómo suma, cómo va, qué bien va! El mentecato del PP y Díaz más
que debatir y proponer, estuvieron en linchamientos sin intermitencias, y
entraron en el y tú más, como ocurre a menudo. Y por cierto, el monigote de IU
no estuvo, fue un espectador, un dormido.
El cambio a
estas alturas es una necesidad. Confiar en los ladrones es loco e insensato. No
lo hagas. Si lo que quieres es mantener atascado de por vida a Andalucía,
entonces estupendo, vuelve a apoyar a los longanizos, a los repetidores. Luego no te lleves las manos a la cabeza. Los hechos hablan por sí solos, delatan. La elección está en tus manos. En Andalucía comienza el principio del final para algunos. Pase lo que pase mañana, el inicio del cambio está asegurado.
Bruno
Sánchez
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