¿La política es una trituradora o son los medios los que deciden a quién triturar?

¿La política es una trituradora o son los medios los que deciden a quién triturar?

Pablo Iglesias lleva escolta. Y esto no le ocurre a otros políticos. Además, en su antigua casa, con tres niños dentro, se reunieron durante meses lo mejor de cada casa para gritarle todos los insultos que caben en una boca. Todo con la complacencia de los medios conservadores que alentaban estos ataques; El Español, COPE, ABC, Trece Tv, Toro TV, El Mundo... 

Hoy, en el juicio contra los acosadores de Pablo Iglesias y Montero, un grupo de energúmenos amenazaron a la pareja con gritos y lindezas como "ojalá nos encontremos un día cara a cara" a la salida de los juzgados de Madrid. Y recalco, esto no ocurre por casualidad. Dice mucho de nuestro país esta situación, ya que es la víctima, en este caso, la que sigue sufriendo, allá por donde vaya, el acoso de cientos de fanáticos. Y todos los políticos del polo opuesto viendo la escena desde la barrera con la sonrisa satisfecha.

Hoy, hablando con algunos compañeros, a los que les cae mal Iglesias, les pregunté si les caía mal por lo que ha hecho en su periplo político, por sus ideas, o por todas las lluvias de bulos que han vertido sobre él relacionadas con Venezuela, el dinero ficticio de Hugo Chávez, su comunismo, su radicalismo y un largo etcétera. Y no supieron argumentar muy bien el porqué más allá de una antipatía general.

Creo que más allá de las filias y las fobias, los medios nunca aclararon los desenlaces de todos los juicios contra Podemos, de Manos Limpias y compañía, que han sido miles y que han sido juicios políticos de desgaste. Todos los ha ganado Podemos. Su proyecto político defiende la socialdemocracia y está puesto por escrito en sus textos fundacionales. Pero el ruido ha quedado flotando en el pueblo. 

Quizás, Iglesias y Montero no vuelvan a integrarse del todo en la vida social de este país por todo el odio que se ha vertido sobre ellos. Un odio que reciben a diario periodistas como Iñaki Gabilondo, o profesores, como Arantxa Tirado. De hecho, el apaleamiento a Podemos desde su existencia ha sido un caso inaudito y ha sido uno de los motivos, probablemente, de su casi desaparición porque nadie quiere hipotecar su bienestar y felicidad, y recibir un señalamiento hostil de por vida, con energúmenos mediante, por defender una causa política.

Todo esto nos debería llevar a un examen de conciencia serio sobre nuestra democracia, sobre la educación de nuestros representantes, sobre la intolerancia de los medios y los señalamientos vitalicios con los que piensan diferente.

BS