Sin pacto por la izquierda



Sin Pacto Por La Izquierda

No habrá pacto por la izquierda. Las constantes reuniones entre Garzón, Pablo Iglesias y Errejón han tocado en hueso definitivamente, y es curioso porque coinciden en la mayor parte de los frentes. No sabemos si hay alguna jugada secreta, un as debajo de la manga, sobre todo en Podemos, para paliar la caía de apoyos y que sea posible que acaben interviniendo y actuando en la pulmonía aguda que sufre la política nacional. Las encuestas le dan a IU entre 4-5% de los votos, y Podemos cae al 14% según las últimas estimaciones de Metroscopia, mientras Ciudadanos crece como la espuma. Recordemos que Podemos llegó a cosechar escasos meses atrás un apoyo del 27% y no se tomaba por descabellado el fin del bipartidismo y el asalto a la presidencia del Gobierno.

            Garzón, el líder de IU, en la entrevista publicada el domingo 11 de Octubre en El País, tras la infructuosa alianza, admite que “hay que repensar la izquierda” que tratarán de llegar a acuerdos con movimientos sociales y aglutinar todos los apoyos en un nuevo refrito Ahora en Común, en el cual, están trabajando intensamente. Por otra parte, y coincidiendo en el grueso y el esquema, Pablo Iglesias quiere agrupar diferentes sectores sociales, nuevamente, tomando como ejemplo los exitosos resultados de Ahora Madrid y Barcelona en Común, bajo las siglas de Podemos, mostrándose abierto a dialogar con todos los ejes del abanico político. Vuelve al discurso de los orígenes, subrayando la transversalidad e incidiendo en el foco de los problemas sociales. La paradoja resplandece y evidencia incongruencias; tanto IU como Podemos van a pugnar por el mismo electorado (o gran parte de ella) y van a perjudicarse mutuamente, favoreciendo al PPSOE… lo de siempre. 

          La izquierda vuelve a desmantelarse a sí misma. El gusto de todo por la borda. Prefieren cruzar el desierto divididos, a piernas y sin cantimplora, que ir unidos en el mismo tren. Pablo Iglesias ya lanzó dardos envenenados contra la cúpula de IU. El partido de Garzón y Cayo Lara se encuentra encasillado en el pasado, ha participado activamente del mamoneo, del juego choricero y torticero del PP y del PSOE (especialmente), se ha desvivido demasiado en pichar cacho por donde resulte, como sea, y queda por aclarar si la unión de siglas (Podemos + IU) habría aportado más o menos fuerza al proyecto, o lo contrario.

         IU necesita una actualización. A corto plazo serán los más perjudicados. Se han dado pasos para el desbloqueo, como evidencia la apuesta la figura de Garzón como eje vertebrador, la cara del 15M, candidato de IU para las elecciones generales. Garzón ha intentado hacer una limpieza profunda en sus siglas y todo parece indicar que IU seguirá a flote, gracias a él, aunque en la cuerda floja (5%). Además, Garzón se ha esforzado también por darle más transparencia y apertura a un partido demasiado jerarquizado y encorsetado. A Podemos las cuentas no le salen tampoco. Se comieron el primer plato de decepción en las elecciones andaluzas; el segundo plato llegó en las elecciones autonómicas y municipales, donde no se reflejó el empuje feroz que vaticinaban los pronósticos; y el postre, que ha llegado en las elecciones catalanas, donde han concurrido sin pena ni gloria, dejando a Iglesias y Cía. en un lodo de incertidumbre. En este último proceso, a Iglesias se le ha hecho bola, y los dirigentes catalanes de ICV, el principal aliado, recriminan a los de Podemos la mala gestión con Catalunya sí que es Pot, al llevar una estrategia política que consideraban errónea, con un cabeza de lista demasiado desconocido, y una arenga ajena a la problemática catalana, marginal y ambigua. No es la primera vez que salen a flote voces críticas contra el partido magenta por el excesivo anclaje de los movimientos en la figura de Iglesias.

            Mientras la izquierda se empieza a quedar sin dominio en el tablero, el grupo de Albert Rivera, Ciudadanos, que a priori no tenía personaje en este cuento, sobresale como inesperado protagonista, colocándose, según las encuestas, como sujeto imprescindible de gobierno, en clara disputa con el PP y PSOE. Tras el éxito de las elecciones catalanas los planes se han trastocado, atrás han quedado los tímidos resultados que cosecharon en las autonómicas y municipales. El grupo naranja ha estallado, ha eclosionado, en Cataluña, rompiendo todas las quinielas. Tiene actualmente un 21,5% de apoyo a nivel nacional, mientras que el PP y PSOE se mantiene en torno al 23%. Los datos nos dicen que a la hora de votar el bipartidismo mantiene los cimientos a salvo, que el peso del PPSOE seguirá siendo decisivo. De seguir así la popularidad de Rivera, Ciudadanos podría llegar a ser la llave del Gobierno, o puede que incluso tenga la posibilidad de quedarse con la Moncloa, dejándole la llave a otro...

            Al PSOE, mientras tanto, le vale con estar calladito, quedo, a la sombra de las políticas del PP. Pedro Sánchez, con la ley del mínimo esfuerzo a sus espaldas, está recogiendo los frutos de los árboles caídos que va dejando arrastras el partido de Mariano Naniano Marciano, que se lo está poniendo a huevo con tantas lagunas y tanta vocinglería sobre la unidad y la inmovilidad imperturbable de la constitución. (Pero no nos pongamos chulitos y estupendos soltando derechas y siniestras que con la nueva ley mordaza sale más barato ser corrupto que crítico).

                                                                                                                Bruno Sánchez 

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