Tragicomedia abierta



           


Montoro lanza insinuaciones a diestra y a siniestra y a siniestro, en modo gánster on (y también en modo hámster) sobre supuestas personas físicas que merodean el fraude con Hacienda, rebanando información confidencial, utilizando su cargo de manera partidista –y hasta cierto punto, personalista, puesto que solo hay que ver lo agustino y los aires de suflatintas que se le suben cuando torea ante las nubes de micrófonos–. Lo que ocurre tan a menudo en la trifulca política; te acabas creyendo alguien más importante. Nuestro ministro de economía… Lo peor no es que use su cargo para tirar piedras a los tejados de los demás partidos, utilizándolo como medio, filtrando información personal, sensible e incluso judicial. No, no es eso lo más lamentable, lo más tétrico de todo es que ve la paja en los partidos ajenos y no ve la viga en el suyo. Luego se extrañan por que aparezca un butrón… Otro Pujol que se le escapa… Bárcenas tomando café en Gran Vía… Borrado de disco duro... Perder los archivos de un caso judicial tres veces... En fin...


            Pedro Sánchez, siguiendo la línea del PSOE impuesta por él mismo para que desaparezca el partido, a más no poder, cuanto antes, despidió a Tomás Gómez del PSOE madrileño como si de un lanzamiento de bolsa de basura se tratara; de noche y casi sin avisos ni aspavientos. Menudo sartenazo le arreó. Todavía pulula Tomás mareado. Para colmo de los colmos el capo ha cambiado la cerradura de la sede de la capital madrileña, por si después del rapapolvo se le ocurría ir de vuelta. Y todo a menos de cien días del toque de campana, de las elecciones. Qué mala sombra tiene Sánchez, vale que Tomás Gómez no tenía cartas para realizar una buena jugada en la política madrileña, pero cambiar la cerradura de la sede donde el pobre Tomás tenía sus enseres y su moto en miniatura así, sin más, es un tanto cruel. Aunque hubo una llamada previa en la que Sánchez le instaba a dar un paso atrás, por el bien del partido, Tomás se ha enterado del asunto al completo por los medios de comunicación. El PSOE parte de un derroche, una supuesta malversación como base, una construcción tan estúpida como innecesaria; Gómez construiyó un tranvía (que no necesitaban) en Parla, cuando era alcaldel del municipio, que acabó costando lo que no está escrito (300.000 millones de euros, hablamos). Este es el motivo del capotazo. La verdad de fondo es simplemente que lo veían crudo con Gómez acuesta en el PSM (hay un sinfín de implicados en mismos ajos que no serán despedidos). Ración doble de huevos tiene la cosa tú. No parece que Tomás Gómez fuera a ganar Madrid, pero echar a un compañero de partido de esta manera no mejora para nada la pésima situación de los socialistas. A Gómez tampoco le van a dejar husmear, le han vetado presentarse como candidato a las elecciones del PSM. Quien tanto hablaba de democracia interna se pasa al dedazo (si es que hubo realmente democracia en ese partido). Mientras tanto, el relegado Gómez ha decidido montar la guerra (perdida) por su cuenta (pataleo) e incluso se augura así mismo como el próximo presidente de la comunidad madrileña. También Sánchez aspira a ganar las elecciones y a regenerar el país. Entre ilusos va el partido. En picado.


            Monedero ha metido la pata recientemente al mostrar contundencia cero con un revuelto papeleo de suculentos movimientos millonarios. Errejón tuvo no hace mucho su particular toque de enchufe en la universidad de Málaga, con unas dotaciones nutritivas. El dedazo está picando por todas partes. Pero Podemos, con todos sus desperfectos, sigue manteniéndose a años luz de la actitud y de la corrupción de los chupópteros PP y PSOE. Podemos sigue siendo el partido de la ilusión, del miedo, para bien, para mal. La intoxicación resulta inevitable, el exceso y la angina de los medios demasiado común, aunque las verdades no deben esconderse en la manta del discurso disuasivo. Podemos debe asumir sus responsabilidades, sus faltas.


            Según la información del periódico de El Mundo, Iñaki de Juana Chaos deambula en Venezuela trajinando una licorería, en Chichiriviche, como lo oyen, al natural. No sabemos si pone tieso el gaznate cada día, la tentación es grande, más si tu casa es un no parar. Por la foto publicada parece que vive en plenitud. Ahí está, con su barrigita cervecera y todo, una panza bien curtida, ahí hay trabajo, sin duda. Ahí va, mirando con parsimonia afuera, a la calle soleada, con un “qué pasa pa-í… paece que hace ca-ó”. Mató a 25 personas. Cosas de la Spanish Justice.


           Y mientras tanto Rajoy en su siesta interminable…


En las elecciones habrá que elegir al menos malo, como siempre.


                                                                                                          Bruno Sánchez

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