'Tokio Blues' y 'Después del terremoto'; Haruki Murakami
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'Tokio Blues' y 'Después del Terremoto';
Haruki Murakami
Murakami se consagró mundialmente con su exitoso best seller Tokio Blues. Antes del apoteosis de ventas masivas gozaba de
gran popularidad en el país nipón, en donde ha acaparado todos los premios literarios disponibles. Con Tokio Blues nos seduce recreando una atmósfera lograda, bañada en los años setenta, donde el Tokio
hiperbólico de ramificaciones y directrices infinitas ya ha
sido cimentado; el caos se convierte en la alocada espiral ordenada de cada
día.
Los traumas
hacen aparición, y hasta cierto punto Murakami dibuja un Tokio de especímenes
traumáticos. Ata a los personajes a una lucha constante con el pasado
en donde prevalece, siempre victorioso, una oscura sensación de abandono. Este es
el marco contextual en el que se asienta la novela. El hundimiento es constante. Los personajes acaban por dejarse llevar en una espiral sin sentido, anclados en presente raquítico, un futuro sin luz, que no da demasiado espacio para que la esperanza amarre. Desde un rincón, profundo y particular, reluce espléndidamente un mapa, particular y fantástico, del ser humano. El suicidio, nudo principal, sirve
para dar cavidad a los dramas y conflictos.
Es especialmente
remarcable el papel que juega la música, que sirve de hilo conductor y plasmación
escénica. Telón de fondo. Elemento imprescindeble del paisaje. The
Beatles quizás sea el grupo icono en la obra, seguido de algunos nombres
destacados del jazz del momento setentero, y algún que otro rocanrolero esporádico. Las
escenas de humor también salpican fugazmente ciertos pasajes de la lectura, a
veces negro, a veces retorcido, pero sobre todo originales e inesperados. Uno de
los puntos magistrales de Murakami es la creación de personajes impactante, siempre
controvertidos, inesperados, ambiguos, magníficos.
PD: Hubo
una película, seguido del éxito de la novela, dirigida por algún japonés que
apaleó el libro a base de bien. Yo la vi y me pareció un bodrio, sin
vida ni tacto a la hora de escoger y encuadrar los momentos y pasajes de la
historia, desordenando el argumento de la obra. Por tanto, quien quiera perder
el tiempo, que la vea.
Recientemente,
también completé, tirando de bibliografía murakamiana, el librito de cuentos
Después del terremoto. Esta
obra nace como tributo a la desolación aplastante tras el gran
terremoto que destrozó la ciudad de Kobe en 1995.
Los
cuentos son breves, intensos. Algunos relatos te
dejan con más dudas al final de leerlo que al principio. En el entresijo de las historias se difumina la vida
real con los sueños y pesadillas. La noción de la realidad se trastoca y los
personajes se mueven en el terreno de la ambigüedad.
Nuevamente la soledad, el amor, y las relaciones interpersonales (y sus dificultades) salen a flote. El terremoto se fragua a su vez como lugar de partida de cada cuento. La lucha se mantiene no sólo con la vida misma, sino que el derrumbamiento es también, como siempre, interior. Los sueños y las pesadillas se entremezclan, y al igual que los sueños son posibles, las pesadillas también pueden traspasar la frontera y convertirse en realidad. La imaginación murakamiana sigue siendo la nota más predominante.
Nuevamente la soledad, el amor, y las relaciones interpersonales (y sus dificultades) salen a flote. El terremoto se fragua a su vez como lugar de partida de cada cuento. La lucha se mantiene no sólo con la vida misma, sino que el derrumbamiento es también, como siempre, interior. Los sueños y las pesadillas se entremezclan, y al igual que los sueños son posibles, las pesadillas también pueden traspasar la frontera y convertirse en realidad. La imaginación murakamiana sigue siendo la nota más predominante.
BS
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